El 3 de febrero, patronal, sindicatos y gobierno hicieron público el pacto social suscrito el 31 de enero, cuya clave de bóveda constituye la reforma de las pensiones (la mayor contrarreforma de los últimos 35 años) y que supedita la salida a la crisis a la política neoliberal del Gobierno de Zapatero y a los intereses del capital financiero y la banca.
Un acuerdo que impone un recorte del 20% de los derechos actuales en pensiones y que, sobre todo, resulta dañino por la lógica en la que se inscribe: afrontar la crisis, en palabras del Secretario de Comunicación de CCOO, a través de un acuerdo global con el objetivo de dar más tranquilidad a la sociedad y (…) enviar un mensaje nítido a los mercados, tal y como lo pregonaba el 11 de enero; o, como se recoge en la resolución del Comité Federal Extraordinario de la UGT del 1 de febrero, para enviar un mensaje extraordinario de para las instituciones de la Unión Europea frente a los intereses especulativos de los mercados financieros.
De nada sirve que el 28 de enero Ignacio Fdez. Toxo y Cándido Méndez escribieran en El País que la reforma del sistema de pensiones “no es para calmar los mercados (como dice el presidente del Gobierno) sino para garantizar su futuro”. Como está demostrado (basta remitirse a los documentos elaborados por CCOO), ni la reforma laboral sirve para generar empleo, ni la reforma de las pensiones tiene otro objetivo que deteriorar el sistema público e impulsar los Fondos Privados de Pensión.
Un acuerdo que impone un recorte del 20% de los derechos actuales en pensiones y que, sobre todo, resulta dañino por la lógica en la que se inscribe: afrontar la crisis, en palabras del Secretario de Comunicación de CCOO, a través de un acuerdo global con el objetivo de dar más tranquilidad a la sociedad y (…) enviar un mensaje nítido a los mercados, tal y como lo pregonaba el 11 de enero; o, como se recoge en la resolución del Comité Federal Extraordinario de la UGT del 1 de febrero, para enviar un mensaje extraordinario de para las instituciones de la Unión Europea frente a los intereses especulativos de los mercados financieros.
De nada sirve que el 28 de enero Ignacio Fdez. Toxo y Cándido Méndez escribieran en El País que la reforma del sistema de pensiones “no es para calmar los mercados (como dice el presidente del Gobierno) sino para garantizar su futuro”. Como está demostrado (basta remitirse a los documentos elaborados por CCOO), ni la reforma laboral sirve para generar empleo, ni la reforma de las pensiones tiene otro objetivo que deteriorar el sistema público e impulsar los Fondos Privados de Pensión.
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